El director estrella y nuevo jefe de la Ópera del Estado de Hamburgo explica en entrevista con DW por qué la ópera es relevante y qué piezas se incluirán en la próxima temporada.
Vía: www.dw.com/ Autor Rick Fulker (LGC/PK)
Después de siete años en Munich al mando de la Ópera del Estado de Baviera, el estadounidense de origen japonés sigue los pasos del australiano Simone Young, que dirigió la Ópera de Hamburgo durante diez años. Esto le sitúa al frente de otro de los grandes de la ópera en Alemania. Y también es el director principal de la Orquesta Filarmónica del Estado en Hamburgo. En conversación con DW, Nagano revela sus planes para las próximas temporadas.
¿Las otras obras también se han seleccionado por sus temas principales? El “Guillermo Tell” de Rossini, por ejemplo, trata de la fraternidad, la libertad, los derechos humanos y la identidad. Los grandes temas del siglo XXI. La pieza final será “La Pasión según San Mateo”: Bach es siempre actual.
En 2016 será el estreno mundial de “Mar de Paz”, la ópera de Toshio Hosokawa. Es una recreación artística de la catástrofe nuclear de Fukushima, trata el tema del hombre contra la naturaleza, su crueldad y la subestimación total de su influencia. Ahora que el cambio climático ocupa tantos titulares, la elección parece tanto más apropiada. Oriza Hirata juega en su producción también el uso de robots, que de hecho se utilizan para eliminar los residuos radiactivos en Fukushima.
¿Esta selección de piezas va encaminada a satisfacer a los amantes de la ópera o está usted haciendo esfuerzos por atraer a nuevos públicos?
La ópera es una forma de arte. Pero es un arte colectivo, basado en el trabajo en equipo, la cooperación y, también, su interrelación con el público. Y debemos asegurarnos de que todos los sectores de la sociedad sienten que el teatro de la ópera les pertenece, sobre todo a las nuevas generaciones. Todos tuvimos acceso a las principales obras del repertorio. Pero también sabemos que para muchos jóvenes, como los compañeros de clase de mis hijas, la ópera no significa nada. Ni siquiera parece existir para ellos. Debemos enseñarles que la ópera también es para ellos. Este es uno de los retos principales.
Y hemos visto en el estreno de “Los troyanos” muchos jóvenes entre el público. Había proyecciones sobre la fachada del edificio y miles de personas seguían desde fuera la actuación en vivo. Eso fue muy alentador.