Hans Zimmer, The Classics. The Czech philharmonic orchestra. Dir: Gavin Greenaway. Sony music Entertainment .
Vía: www.docenotas.com | Raúl Martínez – 07/04/2017
Hace unos cuantos años un buen amigo me regaló un disco que me resultó más que curioso; la Deutsche Grammophon, bajo el curioso nombre Devil´s dance, sacó un disco en el año 2000 en el que Gil Shaham al violín homenajeaba la obra de diferentes compositores cuyas partituras tenían algo que ver con la demoniaca presencia. Sarasate. con su fantasía sobre el Gounod de Fausto. o la Danza Macabra de Saint Saëns, entre otros, comprendían un disco redondo donde virtuosismo y espectáculo se daban la mano. Recuerdo poner ese CD y encontrarme sorprendentemente con la entrada del disco: era el tema principal de Las brujas de Eastwick, de J. Williams, en un arreglo para piano y orquesta de lo más original. No sé si por lo que me gustó o un simple ansia de consumir más y más de este tipo, lo que pasó es que a partir de entonces comencé aficionarme por las Bandas Sonoras.
https://www.youtube.com/watch?v=wkCc_c3PTaI&list=PLKlhPrzcNuzW_2nCMOo86grqM0O4xOcMU
Por supuesto que no hay más que decir de las poderosas melodías John Williams, pero me comenzaron a gustar las coraladas casi infantiles de Danny Elfman, el espectáculo de la masa instrumental en Howard Shore, las delicadezas de Morricone… pero hubo alguien fundamental en todos estos años cuyas partituras trajeron muchas grabaciones a mi lector de Mp3: Hans Zimmer.
En su momento, casi puedo decir que amorticé el lector de CD repitiendo constantemente una de las partituras más célebres del compositor, Gladiator: me quedé ensimismado en el film, me emocioné con su música; me hice habitual de las grabaciones de Lisa Gerard y Dead Can Dance. Después vinieron otras muchas y, conforme pasaba a ver un film y otro film, me encantó la versatilidad musical y el dominio de la música en el género que tenía tan maravilloso compositor. Encontré en sus partituras algo crucial para la historia del cine, un antes y un después. Tengo la sensación que con él, quizás me equivoque porque no soy docto en el género, la melodía ha pasado de ser un mero acompañamiento melódico y poco más a convertirse en un personaje más de la película. Y lo es así porque se integra dentro del film como uno más. No es que los demás se hayan enquistado en meros efectos sonoros o marcas que hacen que cuando vas al cine reconozcas al momento al compositor, como pasa en demasiadas ocasiones con un ya demasiado repetitivo Danny Elfman, sino que él se ha ido adaptando a lo que el nuevo cine pide: la imagen digital trae consigo un cambio brutal a la vista, esto es necesario también al oído. He visto como Hans Zimmer pasaba de la mera orquesta al trabajo digital, rompiendo el esquema de la banda sonora clásica para acercarse más al concepto de Vangelis -sin comparación- y así establecer un nuevo mundo sonoro del cual muchos compositores a día de hoy hacen gala.
Hans Zimmer se ha convertido en uno de los compositores más solicitados de Hollywood, donde en sus últimos films hemos podido comprobar cómo la orquesta tradicional se integra dentro de los arreglos de música electrónica. De ello hizo gala en el 2016, recorriendo con gran éxito Europa en una gira donde se veían estos alardes. Este año 2017 se encuentra sumergido en el mismo proyecto, con gira incluida por los Estados Unidos para este Verano.
Y es que Sony Classical sacó a la luz, como campaña final de la primera gira, un disco donde los hits de sus bandas sonoras son interpretadas por artistas y talentos musicales de todos conocidos -alguno que otro para nada en relación con la música culta- y en donde, en algunos casos sin ninguna originalidad, se rememoran uno a uno los temas que han encumbrado a tan insigne compositor. Tengo que decir que mascar alguno de los tracks del disco ha sido un placer, pero otros muchos no le llegan a la suela del zapato al trabajo original del alemán por lo que se pueden obviar completamente.
De primeras, Sony classical no ha hecho un trabajo muy redondo con el diseño gráfico. Más parecido a un trabajo de los australianos Empire of the sun, nada que ver con la música que dentro se muestra, mi percepción del disco es que Sony music Entertainment ha creado algo para rellenar, sin más. Esto es más que evidente también en algunos tracks del disco como la versión nada original que la británica Leona Lewis realiza del tema Now we are free, de Gladiator: ni eclipsa ni aporta nada a la impresionante voz original de Lisa Gerard que todo el público conoce. Tampoco muy encandilado con The piano Guys y su proyecto, en mi opinión más cerca de la empresa por el dinero fácil que por la emoción de la música, el tema de Piratas del Caribe es una más de las que a día de hoy escuchamos continuamente en auditorios de todo el mundo: hasta la propia versión de la banda de Hans Zimmer que está de gira es más original. Tengo que reconocer que el tema principal de esta banda sonora me resulta extremadamente parecido al de Gladiator, por lo que no le tengo ningún cariño al igual que la versión que muestran aquí los Americanos.
Parto de la base de que el trabajo de la violinista Lindsey Stirling y la Cellista Tina Guo lo respeto y admiro, pero no logro entender como se puede estropear el espectacular tema principal de The dark Knight rises con unos arreglos a lo Vanesa Mae, tan vistos ya y tan trillados: aburridos. El hecho es que quizás no le pegue otro tipo de arreglos a tan afamada violinista porque ese es su estilo y todo el conjunto de su trabajo suena de este modo por lo que en cuanto te has hecho con el segundo minuto de la grabación la versión pasa al lado oscuro y deja de ser interesante. Sin embargo, Tina Guo es responsable de una memorable versión de la dramática Time de Inceptión, espectacular en todos los sentidos y que con gran acierto trabaja para mostrarnos un punto más en su trabajo discográfico.
Y una adaptación para 2Cellos que hacen que funcione bastante bien el Mombasa de Inception. Muy a su estilo y poco más.
Este recopilatorio, sin embargo, tiene también verdaderas joyas. No porque sean los grandes -que demuestran que lo son- sino porque el enfoque de el trabajo adaptando su estilo a la obra de Hans Zimmer es verdaderamente un espectáculo para el oído y entre ellos cabe destacar el trabajo de dos pianistas: la virtuosa Khatia Buniatishvili y el afamado Lang Lang. No sin olvidarnos de las versiones que hace Maxim Vengerov de Flight de The man of steel o Light de The thin red line, que también son muy dignas, los dos pianistas hacen de las melodías de Gladiator un verdadero alarde de técnica, de virtuosismo, color y espectáculo a la altura de sus memorables interpretaciones de los clásicos. Lang Lang, con el tema principal de Gladiator, es una clase de Romanticismo puro, de un estilo interpretativo y un dominio del instrumento envidiable. Por otro lado, la Buniatishvili demuestra un dominio al piano brutal, con un extremado virtuosismo que hace que no eches de menos en the battle scene los colores de la orquesta. Estos dos tracks son, sin duda, los que realmente merecen la pena escuchar de todo el recopilatorio.