El músico argentino-israelí Daniel Barenboim y la pianista bonaerense Martha Argerich dieron una lección de virtuosismo musical
Vía: www.diariouno.com.ar/
El argentino-israelí Daniel Barenboim y la pianista bonaerense Martha Argerich dieron una lección de virtuosismo musical con aires de gran picnic desde la Waldbühne, el teatro al aire libre junto al Olympiastadion de Berlín.
Barenboim, al frente de la West-Eastern Divan Orchestra, ofreció un recital de carisma y complicidad junto a su amiga Argerich, como plato fuerte del festival de la Waldbühne, una cita ya consolidada en el corto verano alemán.
Bajo reforzadas medidas de seguridad, de acuerdo a la tónica de los eventos que se desarrollan estos días en Alemania y el resto de Europa, ambos músicos arrancaron con el concierto número 1 para piano de Franz Liszt, para derivar luego en Wagner, el genio alemán al que Barenboim rinde devoción.
La obertura de “Tannhäuser”, seguida de fragmentos del “Crepúsculo de los Dioses” y de “Los Maestros Cantores de Nuremberg” formaron el apartado wagneriano del concierto.
Para el director y co-fundador de la West-Eastern Divan Orchestra -integrada por jóvenes árabes e israelíes que creó en 1999 junto al fallecido intelectual palestino Edward Said-, la cita con la Waldbühne es habitual desde hace años, mientras que Argerich se estrenó ahí con ese concierto hoy sábado.
Ambos nacidos en Buenos Aires -en 1941, Argerich; y un año después, Barenboim- el dúo trasladó así al escenario al aire libre algo del ambiente de exquisitez musical y amistad que se respira en sus conciertos compartidos en el Teatro Colón bonaerense.
El público berlinés ha tenido este año varias ocasiones de asistir a conciertos con ambos músicos, uno de los cuales el pasado 5 de junio, coincidiendo con el 75 aniversario de la pianista y desde la emblemática avenida Unter den Linden de la capital alemana.
La Waldbühne brindó ahora una nueva oportunidad de verlos a ambos sobre el escenario, esta vez con un concierto envuelto en un aire de gran pícnic y ante un público que no necesariamente asiste quieto desde la grada, sino que se levanta a por su cerveza y salchicha.
Son conciertos alejados de protocolos al uso, junto a las torres del Olympiastadion donde Adolf Hitler inauguró los JJOO del nazismo, hace ahora 80 años, remodelado para el Mundial de 2006 y escenario actual de los partidos en casa del Hertha BSC, durante la Bundesliga.
Los fondos recaudados por el concierto se destinarán en parte a la inauguración de la Academia Barenboim-Said, que a partir del próximo otoño formará a músicos árabes e israelíes en el corazón de Berlín.
Instalada en un edificio adyacente a la Staatsoper Unter den Linden, la ópera berlinesa de la que Barenboim es director titular, la Academia pretende ser, como la West-Eastern Divan Orchestra, un gesto a favor de la reconciliación y la superación de conflictos como el de Oriente Medio.