Vía: sudamericahoy.com | José Vicente Bernabeu
Viena, 19 ene (EFE).- De artista a empresaria. Con solo 29 años y después de trabajar con reputados directores en Viena, la colombiana Natalia Villanueva ha decidido emprender en la capital mundial de la música un proyecto propio: una orquesta especializada en música para cine y videojuegos.
La idea de fundar la llamada Max Steiner Orchestra (MSO) se le ocurrió a la joven compositora con motivo del festival Hollywood in Vienna, que ofrece cada año un ciclo de conciertos de música de cine en la capital austríaca.
“Salimos a comer con Klaus Badelt (compositor de la música de “Pirates of the Caribbean” -”Piratas del Caribe”-), y nos dijo que era una pena que una ciudad como Viena no tuviera una orquesta de música para cine y que por eso se debieran ir a Budapest, donde nadie habla inglés, para grabar las bandas sonoras”, recuerda Villanueva.
De esta forma, la bogotana descubrió un nicho de mercado precisamente en Viena, la capital de la música que vio nacer a Max Steiner en 1888, uno de los compositores de música de cine más importantes del siglo XX y autor de las melodías de filmes como “Casablanca” o “Gone With the Wind” (“Lo que el viento se llevó”). Otras ciudades como Londres, Nueva York o Los Ángeles cuentan desde hace décadas con orquestas de música para cine.
En apenas tres meses de existencia, la Orquesta Max Steiner, compuesta por 112 músicos, ya ha trabajado para la productora de televisión de “Red Bull” y ha puesto música a una película de la cadena pública alemana ZDF.
“Somos una orquesta muy joven, pero funcionamos porque mis músicos son gente con mucho talento a quienes les hace ilusión ser parte de mi proyecto”, cuenta Villanueva, que llegó a Viena en 2001 para estudiar composición.
“Esto me permite pararme frente a un productor de Hollywood y decirle, ‘sí, viaja hasta Viena, tengo lo que necesitas’”, agrega en declaraciones a Efe en Viena.
Además, ha compuesto piezas para videojuegos, teatro y cine experimental y aseguró sentirse igualmente cómoda componiendo para cine que creando obras propias de forma libre, especialmente de música contemporánea.
Esta orquesta es “una idea de una compositora para los compositores. Sé lo que necesitan, porque yo he sido cliente; de hecho, yo misma soy cliente de mi empresa”, cuenta.
La clave de su futuro éxito -afirma Villanueva- radica en la “flexibilidad” que ofrece su orquesta.
“La productora puede contratar los músicos que necesite y los minutos que necesite. Hay que tener en cuenta que una película, quizá, solo tenga cinco o tres minutos de música en total”, explica.
Esta versatilidad permite que las productoras o los medios de comunicación puedan contratar los servicios de la orquesta de una forma “mucho más accesible”, pues, según el encargo, tocan más o menos músicos, más o menos tiempo.
“Es un valor agregado que ofrecemos: en la posproducción se pueden mezclar sonidos de música de nuestra orquesta con músicas de la biblioteca virtual, por lo que el resultado es mucho mejor”, relata la joven compositora.
Con la energía de quien ha dedicado toda su vida a la música (empezó a tocar el piano a los siete años), Villanueva asegura que aceptaría cualquier proyecto, por poca experiencia que tuviera.
“Un artista es un pájaro o una mariposa: lo encierras y se muere… Lo importante para nosotros es poder hacer música y expresar, crear, esa es nuestra pasión”, señala.
“Si no fuera una pasión tan grande, muchos no nos dedicaríamos a algo tan peligroso como es el arte”, concluye Villanueva.